Comenzar 2016 por todo lo alto

Se ha convertido en tradición y ya se cuentan por cientos los condicionales que dejan a un lado los excesos navideños y se decantan por saludar al año nuevo por todo lo alto, vamos, desde las cumbres de alguno de los montes que nos rodean. Lo mismo pensarán los que prefieren dar la bienvenida a 2016 desde un cotillón, pero esa es otra historia.

Monte Gorbea
Uno de los más concurridos en esta salida de año es el Monte Gorbea. Se calcula que suben más de 3.000 personas a lo largo del día. Muchas, cuando todavía es de noche para poder disfrutar desde la cima de las primeras luces del alba. Junto a la enorme cruz que corona la montaña se puede ver a mendizales y aficionados celebrando esta fiesta, bien provistos de vino y champán, y reponiendo fuerzas para iniciar el descenso con aires renovados, y listos para enfrentarse a lo que les pongan por delante.

Cruz del Gorbea

Curiosa es también la historia de la cruz ya que no es la primera que se coloca sobre la cima, sino la tercera. La primera fue a principios del siglo XX, con motivo de la celebración del nuevo siglo entrante siguiendo la orden ejecutada por el entonces Papa León XIII. Esta cruz se vino abajo tan solo un mes después, por lo que tuvieron que levantar una nueva. Gorbea es conocido por sus fuertes vientos y estos no dieron clemencia a la nueva cruz, la cual se vino de nuevo abajo en el año 1906. Un año después se erigió la actual. El Gorbea es la cita con más adeptos porque hasta él se acercan caminantes tanto de Bizkaia como de Álava. No obstante, cada una de las capitales vascas cuenta con sus otras populares ascensiones más locales. Desde Bilbao, al Pagasarri e incluso los más animados siguen hasta el Ganekogorta.

Vistas del Amboto desde el Gorbea 
Vistas del Amboto desde las faldas del Gorbea 

Aunque no queda claro de dónde procede esta costumbre, en la última rampa de acceso a la cruz, que preside la punta del Gorbea, uno trata de dejar todo lo malo y negativo del año y pide a la Virgen de Begoña por el año que comienza. Esta es una tradición que año tras año se repite pese a las inclemencias del tiempo. Para los que lo celebréis desde la cima o los que preferís tener bien asentados los pies en el suelo, os deseamos que comencéis 2016 por todo lo alto ¡Zorionak eta urte berri on!¡Feliz Año Nuevo!

Los domingos, poteo canino por Bilbao


Ya no tendrán que esperarnos en la calle mientras sacamos el pote, ahora, nuestro perro también tiene un sitio en Bilbao donde tomarse una “caña” y comer “pintxos”, eso sí, que nadie se asuste, pasarán la prueba del alcohol con un 0,0, ya que todos los productos que se ofertan están especialmente preparadas para el consumo de estas mascotas.

 De hecho, los botellines que este establecimiento sirve en cuencos a los perros contienen caldo de pollo o ternera. Eso es solo parte de la carta, en la que nuestras mascotas también podrán decantarse por pizza, palomitas, chips, salchichas e incluso pasteles… la barra no desperdicio, ni nada que envidiar a cualquiera de los otros bares del Casco Viejo de Bilbao.

Una pequeña estancia de juegos con pelotas y una casita de tela sirven de espacio de esparcimiento para las mascotas entre pote y pote. Además, sus dueños pueden disfrutar también de un área de descanso con asientos. ¡Está todo pensado! Sobre todo porque el bar ofrecerá en un futuro cercano “menús del día canino”, que incluirá comida, postre y cerveza. Lo dicho, ¡todo pensado!

Los gatos están celosos del bar para perros en Bilbao


Postres y perros parecen términos completamente antagónicos, bien conocido es que los azúcares son sus grandes enemigos, pero los pasteles que ofrece este local de la calle Cinturería son elaborados por una pastelería madrileña con ingredientes naturales aptos para el consumo de las mascotas. Estas navidades también podrán degustar turrón y roscón de reyes sin lactosa, chocolate ni cualquier otro ingrediente nocivo para nuestros perros.

A pesar de llevar abierto poco más de un mes, han conseguido una clientela fija. Los domingos han comenzado ya a organizar el 'perri pote', una iniciativa que traslada al mundo animal la oferta de pincho y bebida de algunos bares.

El local, Belfos y Trufas, ofrece además organizar fiestas de cumpleaños para el mejor amigo del hombre. Para ello, el establecimiento ofrece meriendas especiales, donde el animal homenajeado y sus amigos caninos pueden merendar en compañía de sus dueños.

Afortunadamente, se van dando pasos para que nuestros fieles compañeros puedan disfrutar con nosotros de nuestro tiempo de ocio. De hecho, en SrPerro la guía para animales urbanos puedes encontrar bares, restaurantes y establecimientos que admiten mascotas.

Seguro que este bar merece una visita, como también lo merece la primera cafetería en dar la bienvenida a los perros no nos defraudó. Se encuentra en la vecina Cantabria y es toda una pequeña gran joya. Noette and Family hacen unas tartas espectaculares, muffins y muchas cosas más con toques originales y mucho cariño. Lo mejor, que los puedes degustar con tu perro. ¡Todo un lujo al alcance de todos que recomiendo!


Noette and Family, un sitio dog-friendly y de dulces ricos

Volvemos de puente(s)

Último día libre para muchos que supone la operación regreso de un puente más que apetecible y con muchas posibilidades. Nosotros, tras dos entregas (Bilbao de puente(s) y Seguimos de puente(s)), también volvemos de puente(s) para poner punto final a nuestro recorrido por los puentes más significativos de Bilbao.

 Comenzamos por el puente cuya imagen se ha hecho más internacional en los últimos dos años, convirtiéndose en uno de los más fotografiados de la Villa. Se debe no solo a su situación estratégica al lado del Museo Guggenheim que lo sitúa como fondo de una de las postales más demandadas de la capital vizcaína, sino también por el Red Bull Cliff Diving. Una competición solo válida para valientes, donde los mejores clavadistas del mundo saltan desde una plataforma desde 27 metros de altura situada en el puente de La Salve.  Fue inaugurado en 1972 como solución a los problemas de tráfico en la parte norte de la ciudad y en el décimo aniversario del Guggenheim fue modernizado con los inconfundibles arcos rojos, conocida también como  la gran puerta roja de Daniel Buren.

Puente de la Salve


Continuamos el paseo bordeando la ría y llegamos a la Pasarela Arrupe.  Sirve de balcón de un paisaje dominado por el brillante museo de titanio y las verdes palmeras de Abandoibarra, y es por ello uno de los lugares preferidos por los turistas para retratarse mientras los estudiantes cruzan su tarima, diseñada a modo de cubierta naval.

Museo Guggenheim desde la pasarela Arrupe

Inaugurada en marzo de 2003, une el paseo de la Ribera de Abandoibarra con la Avenida de las Universidades y la Universidad de Deusto. Recibe este nombre como homenaje al jesuita bilbaíno Pedro Arrupe.

Pasarela de Arrupe

Su construcción, en forma de libélula, supuso una revolución en cuanto al uso de los materiales usados en su montaje. Así el acero dúplex fue utilizado por primera vez para levantar una pasarela. Su interior se recubrió con madera tropical de lapacho o ipé, que se trató para adaptarla a las inclemencias climatológicas, desde el sol al granizo.


Hacemos nueva parada para admirar el Puente de Deusto. Inaugurado en 1936, tras 6 años de obras, este puente levadizo –del arquitecto Ricardo Bastida- se construyó para unir el Ensanche bilbaíno con la Anteiglesia de Deusto. Hasta 1992 se mantenía un tráfico estable de buques en las aguas de la ría de Bilbao que obligaba a abrir el puente. Desde 1995 no se ha vuelto a izar salvo en celebraciones muy concretas. Este puente fue escenario de las protestas que los trabajadores de los Astilleros Euskalduna, cuyas instalaciones eran vecinas del mismo, protagonizaron en defensa de su puesto de trabajo al producirse el cierre de los astilleros en 1980.

Puente de Deusto


El último puente de nuestro recorrido es el Euskalduna. Cuenta con dos guardianes el Edificio del Tigre en Deusto y la Grúa Carola, en los diques del Museo Marítimo. Se proyectó para facilitar un acceso directo con la A-8.  Su elemento más emblemático es la torre de iluminación de 45 metros de altura.


Puente de Euskalduna

Seguimos de puente(s)


Que sí, que nos siguen poniendo los dientes largos. Los unos, desde Barcelona, los otros, con sus incansables posados llegados desde el London Bridge… “Bah, pues yo en Bilbao, ¡será por puentes!”, les respondo. Y me quedo tan ancho.

Y es que nuestro particular recorrido por la Villa no ha hecho más que empezar. Retomamos ruta donde la dejamos, en el puente de la Merced, y avanzamos hacia el del Arenal . Fue el tercer puente sobre la ría (tras el de San Antón y el colgante de San Francisco) y su construcción, en 1847, supuso un alivio para los bilbaínos y abandotarras  que, hasta esa fecha, no tenían otra opción que cruzar la ría en barca. Inicialmente fue bautizado como puente de Isabel II. Sin duda, marcó el camino de expansión de las Siete Calles hacia Abando. El puente original era de estructura metálica y hasta el año 1870 se cobraba peaje. Para evitar este pago, los habitantes de Abando construyeron en 1867 el puente de los Fueros, que no se ha conservado hasta nuestros días.


Puente del Arenal


Fue en la década de 1930 cuando se levantó el Puente del Ayuntamiento, a imagen y semejanza de los que ya existían en la ciudad de Chicago. El tráfico fluvial, fundamental para los trabajos portuarios que en aquel entonces se desarrollaban a esas alturas de la ría, obligaban a que dichos puentes fueran diseñados de tal forma que permitieran el paso de los buques. La solución pasaba entonces porque  fuera levadizo y así fue hasta 1970 cuando se selló el puente para dejarlo fijo.

Puente del Ayuntamiento


Llegamos al puente peatonal Zubi Zuri.  Seguro que más de uno lo conoce como el “puente de los resbalones”. Nombre que, afortunadamente, ha pasado a la historia desde la colocación en 2010 de una alfombra cuya función era evitar que continuara siendo una pista de patinaje en días de lluvia y heladas.  Si nos ceñimos a sus datos, se trata de una construcción arqueada de 10 metros de altura  sobre la ría y 75 metros de longitud, que une el Campo Volantín y Uribitarte. Diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava, fue inaugurada en 1997. Sus deslizantes baldosas no fueron los únicos quebraderos de cabeza para el Ayuntamiento de Bilbao. Se suma la demanda interpuesta por el estudio del arquitecto al considerar que la pasarela hacia las Torres Isozaki vulneraba su obra. El consistorio tuvo que indemnizar al valenciano con 30.000 euros.

Zubi Zuri

Aún nos queda recorrido, así que  a recobrar fuerzas y mañana seguimos con nuestra particular ruta de puente(s).

Bilbao de puente(s)



Si ya has superado la envidia tras conocer que el resto de la oficina, tus amigos o casi toda la familia ha podido cogerse 4 días de puente menos tú, puedes estar tranquilo. No eres el único. Somos muchos los que nos quedamos guardando la ciudad y disfrutando de un tiempo inusual para esta época del año. Quizás es una especie de recompensa por tener que soportar la llegada de decenas de selfies de colegas en disfrutando de la gastronomía y los rincones desde donde disfrutan de su descanso… A mí, al menos, me gusta pensar que es por eso.

Vale que no podemos irnos lejos, que nos llama el trabajo pero, ¿quién ha dicho que no podamos irnos de puentes dentro Bilbao? El tiempo nos acompaña y podemos aprovechar para repasar su historia y curiosidades.

El último en sumarse a la lista es el de Frank Gehry en Zorrozaurre. El puente, construido en seco, servirá de momento para que los peatones accedan desde Deusto a la península de la Ribera y Zorrozaurre, y adquirirá su función completa -con el paso de personas y vehículos- cuando el próximo año se abra definitivamente el canal de Deusto, creándose así la nueva isla de Bilbao, y la ría discurra bajo la infraestructura.

Puente de Frank Gehry entre Deusto y la península de la Ribera
(Autor: Xabier, licencia Creative Commons CC0)

Si me puedo tomar la licencia, hablaré del emblema de Bilbao y, sin duda, mi preferido, el puente de San Antón, que forma parte de hecho de su escudo. Se cree que su apertura es anterior a la fundación de Bilbao en el año 1300.  Durante siglos fue el único puente que cruzaba la ría.

Las riadas lo han derribado en reiteradas ocasiones. Para poner fin al problema, el Ayuntamiento decidió sustituirlo a finales del siglo XIX, por uno nuevo, que sería el actual, situado, a diferencia del anterior, por delante de la iglesia de San Antón y que empezó a funcionar hacia 1880, después de sufrir las consecuencias de la última guerra carlista. Tuvo que ser reedificado en 1937 después de su voladura durante la Guerra Civil Española.

Puente de San Antón

El Puente de la Ribera o Puente de San Francisco se abrió en 1939 y ha sido reconstruido en varias ocasiones por diferentes arquitectos después de que la guerra carlista y la contienda de 1937 acabaran con él. Además esconde un dato curioso que poca gente sabe y es que este fue el auténtico puente colgante suspendido por cadenas de hierro y acero.

Puente de la Ribera

Otro de los puentes que ha sido reconstruido en varias ocasiones es el Puente de la Merced. El primero, de 1874, era de madera. En 1981 fue sustituido por uno de piedra y ladrillo y fue destruido en 1937. Al terminar la Guerra fue construido de nuevo, esta vez en hormigón, cambiando su nombre al de  “Puente del General Sanjurjo”. En 1980, recobró su apelativo original.

Puente de la Merced
(Autor : Zarateman, licencia Creative Commons CC0)

Terminamos la primera jornada de ruta de puentes. Un paseo que continuaremos mañana, aprovechando el día de asueto y, lo más importante, el buen tiempo.