Volvemos de puente(s)

Secretos de Bilbao 8.12.15

Último día libre para muchos que supone la operación regreso de un puente más que apetecible y con muchas posibilidades. Nosotros, tras dos entregas (Bilbao de puente(s) y Seguimos de puente(s)), también volvemos de puente(s) para poner punto final a nuestro recorrido por los puentes más significativos de Bilbao.

 Comenzamos por el puente cuya imagen se ha hecho más internacional en los últimos dos años, convirtiéndose en uno de los más fotografiados de la Villa. Se debe no solo a su situación estratégica al lado del Museo Guggenheim que lo sitúa como fondo de una de las postales más demandadas de la capital vizcaína, sino también por el Red Bull Cliff Diving. Una competición solo válida para valientes, donde los mejores clavadistas del mundo saltan desde una plataforma desde 27 metros de altura situada en el puente de La Salve.  Fue inaugurado en 1972 como solución a los problemas de tráfico en la parte norte de la ciudad y en el décimo aniversario del Guggenheim fue modernizado con los inconfundibles arcos rojos, conocida también como  la gran puerta roja de Daniel Buren.

Puente de la Salve


Continuamos el paseo bordeando la ría y llegamos a la Pasarela Arrupe.  Sirve de balcón de un paisaje dominado por el brillante museo de titanio y las verdes palmeras de Abandoibarra, y es por ello uno de los lugares preferidos por los turistas para retratarse mientras los estudiantes cruzan su tarima, diseñada a modo de cubierta naval.

Museo Guggenheim desde la pasarela Arrupe

Inaugurada en marzo de 2003, une el paseo de la Ribera de Abandoibarra con la Avenida de las Universidades y la Universidad de Deusto. Recibe este nombre como homenaje al jesuita bilbaíno Pedro Arrupe.

Pasarela de Arrupe

Su construcción, en forma de libélula, supuso una revolución en cuanto al uso de los materiales usados en su montaje. Así el acero dúplex fue utilizado por primera vez para levantar una pasarela. Su interior se recubrió con madera tropical de lapacho o ipé, que se trató para adaptarla a las inclemencias climatológicas, desde el sol al granizo.


Hacemos nueva parada para admirar el Puente de Deusto. Inaugurado en 1936, tras 6 años de obras, este puente levadizo –del arquitecto Ricardo Bastida- se construyó para unir el Ensanche bilbaíno con la Anteiglesia de Deusto. Hasta 1992 se mantenía un tráfico estable de buques en las aguas de la ría de Bilbao que obligaba a abrir el puente. Desde 1995 no se ha vuelto a izar salvo en celebraciones muy concretas. Este puente fue escenario de las protestas que los trabajadores de los Astilleros Euskalduna, cuyas instalaciones eran vecinas del mismo, protagonizaron en defensa de su puesto de trabajo al producirse el cierre de los astilleros en 1980.

Puente de Deusto


El último puente de nuestro recorrido es el Euskalduna. Cuenta con dos guardianes el Edificio del Tigre en Deusto y la Grúa Carola, en los diques del Museo Marítimo. Se proyectó para facilitar un acceso directo con la A-8.  Su elemento más emblemático es la torre de iluminación de 45 metros de altura.


Puente de Euskalduna

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